Música idílica, ensimismada e incólume
Sé que he deshecho mis brazos
Sé que no hay espacio tieso
No al sol
No a la luna
No al silencio fortuito
La sirena esperanza despierta el más ruin de mis vicios
No solo somos nosotros
Es él encallándose en
mis piernas
Sé que hay instantes de esperar
Y de rogar
él mi deseable encadena
mis semillas doradas
La miserias no perecerá en mi prados
Y nuestras esperanzas atadas volaran libres en algún instante
Hasta allí te espero
No hay comentarios:
Publicar un comentario